Integramos a toda la comunidad universitaria en un proceso de aprendizaje compartido y mutuo con las comunidades con las que trabajamos, inspirados por la misión jesuita de reconciliación y el cuidado de la tierra, con los otros y con uno mismo. La participación activa de estudiantes, docentes y comunidades es fundamental para fortalecer lazos de solidaridad, construir caminos de paz y promover el cuidado de la casa común. A través del trabajo conjunto en la investigación y las acciones colectivas, se cultiva un espacio de aprendizaje intercultural donde la universidad no solo comparte saberes académicos, sino que también acoge con valor la sabiduría y las experiencias de vida de las comunidades. Este intercambio genuino impulsa una transformación personal y colectiva, orientada al bien común, al respeto por la dignidad humana y a la sostenibilidad de nuestra casa común.